Actualmente
vivimos en un mundo de consumo. Un mundo en el que todos adquirimos productos
diversos para satisfacer nuestras necesidades. Desde comprar un celular hasta
comprar algo tan sencillo como un lapicero. En este mundo las marcas cada vez
son más competitivas, más innovadoras, más tecnológicas, más persuasivas, más
poderosas,... más todo
Todos
somos conscientes de la constante creación de nuevos productos ofrecidos por
nuevas empresas con más posibilidades que sus antecesoras. Tú, yo, él, ella,
ellos, simplemente todos consumimos diariamente algo, y por si aún no lo
pensaste, esas personas pequeñas que uno considera en formación e incapaces de
un sabio criterio por su corta edad, ya son vistos como consumidores.
Los niños
a pesar de su corta edad son consumidores, para Bringué existen tres aspectos
para definirlo: "como mercado
primario con posibilidad de realizar compras con dinero propio, como sujeto de
influencias cuando sus preferencias inciden en el consumo o gasto ajeno y, por
último, como mercado futuro cuando adquiere determinados conocimientos y
actitudes sobre marcas y productos que todavía no están a su alcance".
Por tanto
no es correcto pensar que los niños no pueden discernir ni tomar decisiones.
Para los anunciantes, los niños son un target muy importante, sobre todo para
las marcas de juguetes (por ejemplo: Matel y Fisher-Price) y ropa (por ejemplo:
Barbie y Disney). Curiosamente, el niño realiza casi el mismo proceso que un
adulto en la recepción de los anuncios publicitarios. Briegué lo resume en dos
etapas, en la primera el menor: atiende el mensaje, distingue entre anuncio y
programa, comprende la intención del mensaje e interpreta el contenido, e
incluso realiza la elaboración de defensas cognitivas ante este tipo de
contenidos; por otro lado, la segunda etapa demuestra que el niño es un
consumidor potencial que: modifica sus actitudes y valores, a corto o largo
plazo, realiza peticiones a otras personas como sus padres, y es influencia en
sus elecciones y en su comportamiento de compra.
Como
profesional estoy de acuerdo con la búsqueda de nuevos enfoques. Poner interés
en descubrir los gustos y preferencias de los menores abre muchas puertas a los
anunciantes. Sin embargo esto no siempre se emplea de la manera correcta. Está
demostrado que hasta los bebes de 6 meses son capaces de poner atención a un
anuncio y sentirse atraídos por los colores, formas o demás estimulaciones audiovisuales.
Pero hay
algo que llama más la atención de los publicistas, los niños por su edad, tienen
problemas para diferenciar la realidad de la fantasía. Ellos confunden el mundo
que ven en sus series animadas con su entorno físico, por ello desarrollan una
adicción al consumo de contenidos ficticios. Otra ventaja de la que se valen
los anunciantes, es la inocencia de los niños. Los niños entre menos edad tengan,
más crédulos son. Por tanto asimilan como ciertos todos los contenidos que
reciben de la publicidad.
Si
nosotros como adultos somos afectados por los contenidos publicitarios, mucho
más un menor de edad que está en crecimiento y proceso de formación. Por tanto
los padres o adultos en general que influencian en la crianza de un niño, deben
de regular la exposición que este tenga a los contenidos publicitarios. En
general la televisión es una constante en la vida de todo menor, y debe ser
consumida de manera responsable.
Pero qué
pasa cuando los padres de familia dicen no tener control sobre la publicidad colocada
en los cortes del programa favorito de su hijo. Un ejemplo de ello serían las
marcas de juguetes para niños, en ocasiones suelen colocar contenidos muy
violentos que llegan a influencian en la conducta del menor y que a largo plazo
crea el disgusto de los padre hacia la marca.
Ante este
reclamo la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) desde 1993
creó el Código de Autorregulación de la Publicidad Infantil. “El presente Código de la Publicidad
Infantil de Juguetes es un compendio actualizado de las normas deontológicas
que afectan a la comunicación comercial dirigida a niños. En sus artículos se
han observado las transformaciones técnicas y económicas de la televisión que
han revertido en modificaciones en el contenido técnico y económicas de la
televisión que han revertido en modificaciones en el contenido y diseño de los
mensajes y formatos publicitarios en este medio”.
En el
Perú, debemos de tomar conciencia de la importante de regular el contenido
publicitario, sobre todo el infantil. Por el momento solo nos queda asumir el
rol de adulto y educador, regulando el consumo que hacen los menores de la
televisión y otros medios, orientarlos y ayudarlos a distinguir lo real y lo ficticio
pero sobre todo lo buena y lo malo. Por otro lado, su eres un comunicador como
yo, debes de tomar conciencia y hacer respetar la ética por encima de todo.
Recuerda que un adulto tiene la capacidad de tomar una decisión correcta a través de sus conocimientos, sin embargo un
niño está recién aprendiendo. Siempre ciudad mucho como te diriges a un menor y
piensa en sus posibles reacciones y sentimientos.